Las dos viviendas que forman parte de la misma propiedad han sido exquisitamente reformadas manteniendo la esencia menorquina del siglo XIX. Vigas de madera, paredes de marés, techos en forma bóveda, suelos de piedra.

La casa principal dispone de uno espacioso hall, varios salones, uno de ellos con chimenea, comedor con chimenea, cocina independiente y habitación multiusos. con vestidor y un baño completan la planta baja. La planta superior alberga dos dormitorios dobles, uno con terraza privada, que comparten un amplio cuarto de baño con bañera.

La casa de invitados consta de un salón comedor abierto a la cocina, dos dormitorios dobles y baño completo.

Destacan el amplio espacio exterior. La piscina y varias terrazas con comedor al aire libre y área de barbacoa.

El jardín, con su gran variedad de árboles y arbusto maduros, envuelve las casas y la piscina e invita a relajarse y disfrutar de esta finca mediterránea.